Esto no son rayos cósmicos

Esto no son rayos cósmicos

Contrariamente a lo que pueda pasarnos por la cabeza, al oír Rayos cósmicos no hablamos de esto:

“¡Dios, no! Nos alcanzarán con los rayos cósmicos”. PrimoGif

Los rayos cósmicos son algo menos artificial.

Cuando a principios del siglo XX se estudiaba la ionización de la atmósfera, se puedo comprobar que esta aumentaba conforme a la actitud, por lo que determinó que la fuente de la ionización venia del espacio. Si, pero ¿qué la causa?

El fenómeno se debe a la llegada a la atmósfera de los rayos cósmicos, que lejos de ser el láser del destructor imperial, se trata de partículas subatómicas que se mueven a velocidades cercanas a la de la luz, generalmente electrones, protones e incluso núcleos de átomos pesados como el plomo.

Los efectos de uno sólo de estos rayos, puede verse en hasta 16 km cuadrados de superficie en la tierra. Podemos estar tranquilos, ya que hasta la fecha no se han registrado víctimas de estos rayos. De hecho, gracias a la atmósfera, la partícula que viene del espacio y la atraviesa, llega a la superficie de la tierra descompuesta en multitud de partículas que son menos energéticas.

Esto sucede cuando la partícula en cuestión, interaccionan con otras partículas, descomponiéndose en otras más pequeñas que, debido a la carga eléctrica, se desvían a los polos de la tierra, donde alcanzan el suelo la mayoría de las partículas. Algo así como esto:

Esquema de una partícula descomponiéndose en otras más pequeñas, típicamente electrones, hadrones, fotones, y neutrones. CERN

Se estima que nos llega uno de estos rayos por kilómetro cuadrado al año y aunque a nosotros nos resulten inofensivos, si se cree que pueden afectar a las personas que viajan a gran altura con frecuencia, tripulantes de aviones y astronautas. Al fin y al cabo, se trata de una radiación de alta energía y se pueden medir las dosis que recibimos.

El origen de los rayos cósmicos, es todo un misterio, aunque el Sol los emite, se trata de rayos cósmicos de baja energía, que son diferentes a los que registramos. Aunque hay varias teorías como las explosiones de supernovas, o estrellas destruidas por agujeros negros, no se sabe con certeza su procedencia.

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