andromeda

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Una de las cosas que más me ha impactado fue la primera vez que vi Andrómeda por el telescopio. Andrómeda es el objeto celeste más grande y más lejano que podemos ver a simple vista. Al menos eso dicen, yo nunca lo he conseguido sin ayuda de un telescopio o unos prismáticos. Voy a suponer que por la contaminación lumínica. Está ahí mismo, en el borde de lo que podemos ver en el universo, y al mismo tiempo, lejos como para no poder llegar a ella.

Una de las cosas que más me ha impactado fue la primera vez que vi Andrómeda por el telescopio. Andrómeda es el objeto celeste más grande y más lejano que podemos ver a simple vista. Al menos eso dicen, yo nunca lo he conseguido sin ayuda de un telescopio o unos prismáticos. Voy a suponer que por la contaminación lumínica. Está ahí mismo, en el borde de lo que podemos ver en el universo, y al mismo tiempo, lejos como para no poder llegar a ella.

Es cierto que la gran distancia a la que está, hace que se vea como una mancha difusa, poco menos que una nube. Sin embargo, si débil brillo no debe distraernos sobre el tamaño que tiene vista desde la tierra.

No podemos quejarnos, al fin y al cabo, en las grandes ciudades ni siquiera somos capaces de ver nuestra propia galaxia. Y eso que estamos dentro. ¿Cómo íbamos a poder ver una que está a la friolera de 2,5 millones de años luz de distancia?

Me gusta pensar, mientas veo la tenue luz de Andrómeda, que cuando esos fotones salieron de sus estrellas en dirección a nosotros, hace 2,5 millones de años, no había hombres en la tierra. Al menos, no Homo Sapiens. Si acaso, los primeros homínidos daban pasos erguidos y fabricaban sus primeras herramientas de piedra. El género homo estaba empezado su camino evolutivo. De este género aún evolucionarían 9 especies más, todas extintas excepto la nuestra y, al mismo tiempo, compartíamos planeta con los descendientes del Australopithecus, el género Paranthropus. Muchos primos lejanos. Muchos extintos.

Así era nuestro planeta cuando la luz que vemos hoy salió de Andrómeda. Literalmente, estamos viendo el pasado, pero el pasado de Andrómeda.

Después de esta reflexión, que nos deja ver las dimensiones del tiempo y el espacio del que hablamos, vamos a ver dónde está Andrómeda. Para mí es más fácil localizarla desde Casiopea. Aunque obviamente está más cerca de Andrómeda, y hay quien la localiza desde Pegaso. Pero éstas últimas me resultan más difíciles de reconocer. Una vez la tenemos localizada, si tenemos la vista más o menos bien, una noche clara, sin Luna y sin ciudades cerca, lo podrás apreciar a simple vista.

El caso es que no es pequeña, podemos ver que tamaño tendría si fuésemos capaz de verla en todo el espectro. A simple vista, Andrómeda es tres veces más grande que la luna llena, pero brilla mucho menos.

Como ya comentamos en esta entrada sobre la expansión del universo, la galaxia de Andrómeda se acerca a nosotros, y se acerca rápido a unos 400.000 km/h, que se dice pronto, pero tardará entre 3750 y 4000 millones de años en llegar.

Para ser sinceros, no todos los científicos están convencidos de que esto vaya a suceder ya que en el grupo local hay unas 40 galaxias y el movimiento de la vía láctea y Andrómeda se ve influenciado por todas las demás, asique hay posibilidades de que no suceda este choque.

Como imaginar es gratis, todavía, hay quien ha querido representar cómo será el cielo en ese momento. Si el Homo Sapiens, o el Homo “Spacialis” o cualquier descendiente nuestro con raciocinio para apreciar este evento cósmico está aún ahí para verlo, probablemente sea algo como esto:

Lactómeda es el nombre que le han puesto. También puedes ver Andrómeda en varias imágenes según el telescopio usado en este artículo.

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